6 claves para mantener tu cuerpo hidratado
Una correcta hidratación es fundamental durante todo el año, pero sobre todo en verano, cuando las altas temperaturas nos hacen perder más líquidos y nos predisponen a sufrir un golpe de calor. Las personas mayores, las mujeres embarazadas o en período de lactancia, los niños pequeños, los trabajadores al aire libre y pacientes con enfermedades crónicas forman parte de los grupos de riesgo que deben prestar especial atención a su volumen de agua corporal.
Es importante tener en cuenta que no es necesario esperar a tener sed para ingerir líquidos, sino volverlo un hábito para mantener un nivel de hidratación adecuado.
¡Alerta! Te estás deshidratando
La deshidratación puede afectarnos de forma leve, pero puede llegar a convertirse en un problema grave con consecuencias severas. Para detectarla, es importante prestar atención a estos síntomas:
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sed intensa,
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piel seca,
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disminución del volumen u oscurecimiento del color de la orina,
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aparición de fatiga, debilidad, cansancio, somnolencia,
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sensación de mareo o confusión,
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aumento de pulso y frecuencia respiratoria,
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diarrea.
Además, en bebés y niños pequeños tené en cuenta estos signos:
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aumento de la sed,
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hundimiento de los ojos,
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rechazo de los alimentos,
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llanto sin lágrimas.
Qué hacer ante la presencia de diarrea
El mayor riesgo de las diarreas es que pueden provocar una rápida y severa deshidratación debido a que se pierde agua, sodio, cloruro, potasio y bicarbonato en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Por eso, es sumamente importante tratarlas a tiempo y restituir estas pérdidas. ¿Cómo?
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Consultá al médico o acudí a un centro de salud lo antes posible.
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Ingerí abundante líquido para prevenir la deshidratación.
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En caso de bebés y niños pequeños, no interrumpas nunca la lactancia.
Cómo mantener una buena hidratación
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Tomá de 2-3 litros de líquidos de manera continua, en pequeñas cantidades y mejor a temperatura ambiente. En el caso de las personas afectadas por alguna enfermedad o circunstancia particular, es recomendable que sea el especialista quien indique la cantidad necesaria a ingerir por día.
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Si realizás actividad física, aumentá la cantidad de líquido.
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Tené siempre a mano una botella con líquido, para recordar que necesitás beber de manera continua.
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Evitá el consumo de bebidas alcohólicas porque favorecen la deshidratación por su efecto diurético.
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Llevá una alimentación saludable. Ingerí alimentos ricos en agua como frutas, verduras u hortalizas y, en el caso de los niños pequeños, purés. No te olvides de consumir proteínas, que encontrarás en carnes, pescados, pollo, soja y avena. En este caso, es importante que no se corte la cadena de frío.
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Permanecé en lugares frescos y ventilados, y evitá exponerte al sol o realizar ejercicio físico en los horarios de mayor temperatura.
Fuentes:
- Ministerio de Salud de la Nación
- www.hospitalrosario.es