Se define a la ansiedad como un malestar psicofísico, angustiante, que provoca una sensación de inquietud o temor ante una amenaza inminente. A pesar de ser a veces subestimada, es una patología que altera la calidad de vida del paciente a nivel familiar, social y afectivo, originando incluso problemas de índole económica por la pérdida de días laborables.
Los trastornos por ansiedad (incluidos los trastornos por pánico) son problemas frecuentes en la atención médica primaria. En términos generales:
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Se registra mayor cantidad de casos en mujeres.
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Tienen una edad de inicio variable: 25 a 30 años para los trastornos de pánico y edad media para los trastornos por ansiedad generalizada.
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Pueden originarse por múltiples factores: estrés post traumático, personalidad, factores ambientales, genéticos, etc.
Cada paciente es estudiado bajo diversos aspectos (cardiológico, radiológico, de laboratorio, entre otros), para arribar a un diagnóstico luego de un período que suele oscilar entre 3 y 4 años. Existen tratamientos efectivos para lograr controlar los síntomas y signos de ansiedad. Estos se basan en prescripción farmacológica, derivación a un equipo de salud mental y empleo de terapias de tipo cognitivo conductual. La duración de la terapéutica depende de la severidad del caso.
Es fundamental difundir la existencia de esta patología y los recursos existentes para tratarla, ya que la falta de un diagnóstico precoz genera estudios e interconsultas de los cuales no surgen respuestas adecuadas, aumentando la angustia del paciente y su familia. Sin embargo, con el correcto análisis del cuadro y un apropiado tratamiento es factible acceder a mejoras considerables en la calidad de vida.