Hipertensión arterial: ¿cómo prevenirla?
La hipertensión arterial
La hipertensión es el aumento de la presión arterial de forma crónica. Se trata de una enfermedad que no produce síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral. Las consecuencias iniciales de la hipertensión se presentan en las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta en forma continua, se hacen más gruesas y dificultan el paso de sangre. Esta afección se conoce como arterosclerosis.
Causas y diagnóstico
Aún no se han descrito todavía las causas específicas, aunque se ha relacionado con una serie de factores que se presentan en la mayoría de las personas que la sufren. Conviene separar aquellos relacionados con la herencia, el sexo, la edad y la raza -y por tanto poco modificables- de los que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambiente, y las costumbres de las personas, como: la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida muy sedentario.
La única manera de detectar la hipertensión en sus inicios es con revisiones periódicas. Mucha gente tiene la presión arterial elevada durante años sin saberlo. El diagnóstico se puede realizar a través de los antecedentes familiares y personales, una exploración física y otras pruebas complementarias.
La presión arterial es normal cuando mide menos de 120/80 mmHg. Es alta (hipertensión) cuando mide 140/90 mmHg o más.
Tratamiento
La hipertensión no puede curarse en la mayoría de los casos, pero puede controlarse. En general debe seguirse un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y mantenerla estable. Las pastillas son solo parte del tratamiento de la hipertensión, ya que el médico también suele recomendar una dieta para perder peso y medidas como no abusar del consumo de sal, hacer ejercicio con regularidad. Además de los cambios en el estilo de vida, existen numerosos fármacos para controlar la presión arterial.
Prevención
Todos podemos adoptar medidas para minimizar las probabilidades de padecer hipertensión y sus consecuencias adversas.
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Dieta saludable: reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día (algo menos de una cucharita de café al día); comer cinco porciones de fruta y verdura al día; reducir la ingesta total de grasas, en especial las saturadas.
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Evitar el uso nocivo del alcohol, esto es, limitar su ingesta a no más de una bebida estándar al día.
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Actividad física: realizar actividad física en forma regular y promoverla entre los niños y los jóvenes (al menos 30 minutos al día); mantener un peso normal.
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Abandonar el consumo de tabaco y la exposición a los productos de tabaco.
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Gestionar el estrés de una forma saludable, por ejemplo, mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.
Fuentes: Ministerio de Salud de la Nación y OMS (Organización Mundial de la Salud)