Hacia una sociedad más igualitaria: un cambio que empieza en casa
Si bien la palabra paternidad proviene del latín ‘paternitas’, que significa “progenitor masculino”, para el licenciado en Psicología Reinaldo Negrello el rol paterno es algo que trasciende lo biológico: lo realmente esencial es la función y la calidad en el ejercicio como padre, más que la denominación en sí misma.
La paternidad se relaciona con el cuidado, la educación y el acompañamiento de los hijos, y se diferencia mucho del paternalismo, en el que la autoridad y protección se aplican en forma verticalista y las relaciones sociales, políticas y laborales se dan en términos peyorativos. La paternidad se ofrece, el paternalismo se impone. Si queremos construir una sociedad más igualitaria desde la familia, el primer paso es evitar caer en esta última tendencia y empezar a preguntarnos a cuál de estos dos conceptos se asemeja más nuestra función como padres.
¿Cómo transmitirle a nuestros hijos el respeto hacia los demás?
Ser padres tiene sus dificultades: no existen grandes manuales que nos enseñen la mejor forma de ejercer este papel; vamos aprendiendo sobre la marcha mediante el autoanálisis, prestando atención a los efectos que generan cada uno de nuestros actos.
Los hijos son grandes observadores e imitadores de todo lo que hacemos. Podemos decir muchas cosas, pero las actitudes que tengamos siempre van a tener más peso sobre las palabras. Es por eso que, para transmitirles valores de igualdad y respeto que tengan un impacto positivo a nivel social, es necesario partir desde el propio ejemplo. Estos son algunos comportamientos clave que el Lic. Negrello propone poner en práctica dentro de la convivencia familiar para lograrlo:
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hacete responsable de todo lo que hagas,
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mostrá solidaridad frente a la necesidad del otro,
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actuá con madurez y democracia,
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fortalecé tu capacidad de escuchar al otro,
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pensá en términos de opciones: no siempre hay un solo camino o una única verdad,
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participá en forma proactiva de las tareas del hogar,
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elogiá a las personas con las que convivís o son de tu círculo cercano.
Además, intentá evitar conductas que sean:
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autoritarias,
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negligentes,
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caprichosas,
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carentes de empatía para con el otro.
La paternidad positiva: un concepto que puede servirnos como guía
Esta concepción, contextualiza Negrello, está basada en un libro de Roger Rinn y Allan Markle que apunta a la modificación del comportamiento en la educación de los hijos mediante conductas positivas como:
- Apoyarse en el afecto y la cercanía como pilares de enseñanza.
- Contribuir activamente en la formación de los niños.
- Orientarlos, brindarles una amistad solidaria y acompañante en el proceso de crecimiento.
- Generar relaciones más igualitarias y de calidad con el prójimo.
- No focalizarse en las contribuciones económicas y el ejercicio vertical de la autoridad.
Otro de los puntos importantes a tener en cuenta, según el especialista, es la participación de los hombres en el cuidado de los hijos y en las tareas de la casa. Socialmente, el pensamiento de que este rol solo pertenece a la mujer se ha ido modificando. Hoy, la no exclusividad de estas tareas y el trabajo en equipo por parte de las parejas está dando un sentido de equidad y plasticidad frente a los hijos.
En una paternidad bien entendida, se educa mostrando respeto por las mujeres de la casa y por otras mujeres que estén en la vida de esa familia. La igualdad de género representa una equidad en los derechos, las responsabilidades y las oportunidades, y el ejemplo que uno pueda dar como padre es lo que nos llevará a construir un marco de convivencia saludable dentro de la comunidad en la que nos toca vivir. Un camino hacia actitudes y prácticas más igualitarias a nivel social siempre empieza en casa.
Fuente:
- Entrevista con Reinaldo Negrello, Lic. en Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Tiene un máster en Política y Gestión en Salud de la Universidad de Bolonia de Italia.