Dolores menstruales: por qué suceden y cómo aliviarlos de manera natural
¿Son normales los dolores menstruales?
Al contrario de lo que se cree, en general, lo que duele no son los ovarios, sino el útero. Esto ocurre porque se contrae para expulsar y regular el sangrado. Además se liberan sustancias inflamatorias, como las prostaglandinas, a nivel de la pelvis. Todo eso colabora a que pueda existir dolor, también conocido como dismenorrea. Es un síntoma frecuente y, en una intensidad baja, puede ser esperable. Pero es muy importante aclarar que no debe ser intenso y siempre es aconsejable consultar con un profesional para determinar si está dentro de lo habitual o puede corresponder a algo patológico.
¿Por qué algunas personas lo padecen más que otras?
El dolor tiene un componente físico que es el evento menstrual y otro subjetivo que es cómo nuestro sistema nervioso lo siente y lo procesa. De la interacción entre ambos y del entorno ambiental y emocional, vamos a obtener la experiencia dolorosa individual. Es decir que hay estímulos muy intensos que hacen que sea muy fuerte, así como a veces estímulos bajos que pueden, por razones particulares, sentirse con mucha intensidad. Lo importante es, como profesionales de la salud, siempre escuchar a la persona e intentar llegar a su origen para mejorar el cuadro.
¿Ante qué síntomas conviene visitar a un especialista?
El dolor debe ser siempre un motivo de consulta. A veces, por una cuestión de género y de educación, este se da por sentado, como si fuera una parte ineludible de menstruar.
Podemos definir como esperable una molestia leve que cede con un analgésico de venta libre. En contraposición, es una alarma que sea de una intensidad moderada a severa, empeore con el tiempo, no disminuya con un calmante común, obligue a faltar al colegio o al trabajo o esté asociado a un sangrado abundante.
¿Qué puede ocasionar un dolor menstrual muy intenso?
Siempre tenemos que tener en mente la sospecha de endometriosis: una patología más frecuente de lo que creemos que corresponde al tejido endometrial (que recubre internamente el útero) que viaja y se implanta en otros sitios como la pelvis, lo que provoca mucha inflamación. Para este diagnóstico existe un tratamiento, por lo cual la consulta es muy importante. En la adolescencia temprana, además, debemos descartar malformaciones de los genitales y, en edades más avanzadas, infecciones o várices pelvianas, entre otras causas.
¿Existe algo que podamos hacer para anticiparnos al dolor?
Cuando ya sabemos que hay dismenorrea habitual, una de las claves es estar atentas al ciclo y tomar el analgésico en forma precoz, es decir, antes de que el dolor se instale con una intensidad alta. Esto hará que sea más leve y ceda con una menor dosis. Es importante respetar los intervalos entre tomas para mantener el efecto deseado. Según el caso, también se pueden utilizar anticonceptivos hormonales o el dispositivo intrauterino hormonal, porque generan una gran disminución de las molestias y resultan herramientas muy útiles para el tratamiento.
4 métodos naturales que podemos implementar para aliviar el dolor
1. Aplicar calor para relajar el útero. Puede ser a través de una bolsa de agua caliente o de semillas, almohadilla eléctrica, parches adhesivos (no están disponibles en Argentina) o un baño caliente.
2. Hacer ejercicio o actividades de relajación. Desde hacer yoga hasta levantar peso puede ayudar a modular el dolor y disminuir su percepción.
3. Evitar los alimentos pesados y mantener la hidratación. Para no contribuir a la hinchazón habitual durante este periodo, lo recomendable es comer liviano y beber mucha agua.
4. Consumir alimentos antiinflamatorios. Pueden ser palta, frutos secos, pescados, cúrcuma o frutos rojos.
En el caso de optar por medicamentos de venta libre, ¿cuáles debemos elegir?
Siempre es recomendable consultarlo con el médico de cabecera. Si no hay alergias ni contraindicaciones específicas, se puede utilizar ibuprofeno, diclofenac o paracetamol en forma esporádica. Si el requerimiento es alto o de muchos días, lo mejor es hacer una consulta médica. Si bien son de venta libre, cualquier exceso puede ocasionar efectos adversos.
Un mito muy común es que tomar analgésicos genera acostumbramiento, lo que disminuye su eficacia y aumenta el dolor. Esto no es así: si se padece, se debe accionar para mejorar la calidad de vida.
Fuente:
- Dra. María Elisa Moltoni. Médica especialista en ginecología y obstetricia.