Cibercondría: qué es y cómo puede afectar tu salud
¿Alguna vez buscaste síntomas en Internet? Conversamos con el Doctor Patricio Rey, especialista en psiquiatría, sobre las consecuencias de esta costumbre y te compartimos algunas pautas para evitarla.
¿Qué es la cibercondría?
Se encuentra dentro de los trastornos de ansiedad de tipo panicosos u obsesivos compulsivos y, principalmente, se basa en la búsqueda de enfermedades, diagnósticos o síntomas a través de Internet. Se manifiesta por la sobreinformación con acceso fácil y libre, sin regulaciones, rigidez ni filtro profesional.
En los últimos años, por el contexto de pandemia, se multiplicaron los casos por miedo a contraer el virus. Por lo general, este tipo de cuadros ocasiona temor a tener una enfermedad grave, genera ansiedad y lleva a las personas a un círculo vicioso de síntomas que se retroalimentan y se vuelven crónicos.
Una de sus consecuencias es que quienes la padecen se autodiagnostican mal. Esto deriva en la falta de confianza en los profesionales y la automedicación, empeorando su salud si es que realmente poseen una enfermedad de base.
¿Cuáles son las señales de la cibercondría?
Las personas suelen manifestar una necesidad imperiosa y compulsiva de buscar en Internet información acerca de sus síntomas, los cuales siempre están relacionados a escenarios catastróficos como enfermedades graves o mortales. Esto, a su vez, genera intensos miedos y preocupaciones excesivas.
Algunos de los síntomas pueden ser:
-
sudoraciones,
-
palpitaciones,
-
dolor de pecho,
-
sensación de falta de aire,
-
problemas de concentración,
-
mareos,
-
alergias,
-
alteraciones del sueño,
-
migrañas,
-
dolores lumbares,
-
trastornos gastrointestinales.
Toda una serie de somatizaciones asociadas a los trastornos de ansiedad por la activación crónica del eje de estrés. A su vez, el estrés crónico lleva a un estado de apatía, desgano, desmotivación y fatiga que afecta las actividades académicas, laborales y vínculos sociales.
En qué casos se debe acudir a un profesional y cuáles son las consecuencias de no hacerlo
Si hay una consulta precoz, mejor. De lo contrario, si el síntoma ya está instalado, ocurre de manera constante y provoca problemas en las actividades sociales. Es muy difícil que la persona se de cuenta por sí sola, porque se vuelve parte de su forma de ser y, por ende, no es fácil identificarlo. El rol que cumplen los familiares y amistades puede ser clave para ayudar a la persona y guiarla hacia una visita con un profesional. No hacerlo empeora el cuadro y cronifica el trastorno de ansiedad, lo cual puede transformarse en una depresión. Consultar es prevenir patología depresiva a futuro.
¿Existe un posible equilibrio entre informarse por Internet sin caer en preocupaciones excesivas?
Es una línea muy difícil. Lo que se recomienda es no informarse por Internet en cuestiones de salud, aunque sean dudas leves o moderadas, siempre corresponde consultarlas con un especialista porque los resultados de la búsqueda online son un arma de doble filo difícil de gestionar. Puede ayudar tener un médico de cabecera de confianza para una primera consulta y, en caso de que corresponda, que realice la derivación a un profesional de la salud mental.
4 pautas para aprender a gestionar la cibercondría
1. Prestá atención a cómo te sentís con la información que adquirís en relación a la salud. ¿Aprendés y ganás tranquilidad o te estresa y te genera angustia?
2. Evitá la información excesiva. Si notás que buscás en Internet con frecuencia, estás todo el tiempo pendiente y no podés dejar de hacerlo, algo no anda bien.
3. Si tenés dudas con algún síntoma, consultá con un profesional. Recordá que los especialistas de la salud son quienes van a poder darte respuestas confiables.
4. Evitá el autodiagnóstico y la automedicación. Esto puede empeorar tu salud y ponerte en riesgo, en especial, si tenés una patología crónica de base.
Fuente: Dr Patricio Cristóbal Rey. Jefe División Docencia e Investigación. Depto de Psiquiatría y Salud Mental. Hospital de Clínicas. Fac de Medicina. UBA.