¿Qué tienen en común la chía, el sésamo, el girasol, el maní y la quinoa por nombrar sólo algunas? Además de ser semillas, tienen un gran contenido nutricional repleto de fibra, vitaminas, nutrientes y antioxidantes que mejoran la calidad de vida y el sistema inmunológico.
Cuentan con una gran versatilidad a la hora de incorporarse como alimento, tanto en sopas como en ensaladas, en licuados, en barritas de cereales o en granola, incluso como rebozador, en masas para tartas o panificados y hasta en una colación.
Es fundamental que las remojes previo a su consumo, de esta manera quitás los antinutrientes que la cubren y se pueden aprovechar mejor todas sus propiedades. También podés triturarlas. Si optás por alguna de estas dos opciones, vas a potenciar al máximo sus beneficios,
Es importante guardar y conservar las semillas en recipientes herméticamente cerrados en espacios frescos, secos y oscuros.
Semillas: pequeños alimentos repletos de beneficios
Te contamos algunas características de cada semilla:
- Girasol: contiene fibra. Son fuente de vitamina E y B1, B2 y B3 y minerales como fósforo, hierro y potasio. Poseen Omega 6.
- Sésamo: ricas en ácidos grasos insaturados (contribuyen a disminuir los niveles de colesterol). Aportan vitamina E y vitaminas del complejo B. Tiene un alto contenido en fibra.
- Chía: alto contenido de Omega 3. Fuente de proteínas y aminoácidos esenciales. Contiene hidratos de carbono y son ricas en calcio, fósforo, potasio y zinc; vitamina E y buena fuente de vitamina del complejo B.
- Lino: aporta Omega 3, hidratos de carbono, fibra y proteínas. Contiene vitaminas del complejo B y E; minerales como el calcio, magnesio, fósforo, zinc y cobre entre otros.
- Zapallo: brindan Omega 3 y Omega 6. Aportan ácido fólico, y vitaminas del complejo B y vitaminas E. En cuanto a los minerales, se puede mencionar al fósforo, magnesio, hierro, zinc, cobre y selenio.