Estos pequeños insectos voladores, que pican tanto a seres humanos como animales, son capaces de producir comezón y molestias. Algunos mosquitos, como el Aedes aegypti, transmiten enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla y chikunguña, entre otras.
El contagio del dengue solo se produce mediante la picadura del mosquito, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen entre 100 y 400 millones de infecciones. La prevención y el control son los mejores métodos para evitarlo.
Recordá estos cuidados a lo largo del año, reforzando la prevención durante las estaciones de mayor temperatura. De igual modo, la prevención debe continuar incluso en los periodos invernales ya que estudios realizados por el CONICET determinaron que los huevos de mosquitos pueden sobrevivir hasta un año sin agua y resistir bajas temperaturas.
En la mayor parte de los casos, el dengue causa síntomas leves o incluso ningún síntoma y se cura en una o dos semanas, pero en casos infrecuentes se agrava y puede causar la muerte.
Fiebre elevada (40° C/104° F).
Cefalea intensa.
Dolor detrás de los ojos.
Dolores musculares y articulares.
Náuseas y vómitos.
Agrandamiento de ganglios linfáticos.
Erupciones cutáneas.